Independizarse, todo un reto



 


Actualmente los jóvenes españoles son los que más tardan en independizarse de la Unión Europea junto con Grecia, Italia, Eslovaquia, Croacia y Malta. ¿A qué se debe este hecho?

Existen factores laborales, económicos, culturales y religiosos que predominan sobre este aspecto:


  • En cuanto al mundo laboral, los jóvenes españoles tienen una tasa de paro del 36,6%. Se les requiere experiencia para contratarles pero si no lo hacen, ¿cómo van a adquirir y desarrollar esa experiencia? Para ello, muchos de nosotros nos formamos, trabajamos en prácticas o hacemos voluntariados para que, al menos, se vea más atractivo nuestro curriculum. Para todo lo anterior además de tiempo, requiere un gasto económico que hace que al reunir un mínimo de dinero, lo debamos emplear en nuestros conocimientos y nuestro futuro. Si fuera recompensado, sería un placer pero siempre y cuando sepas que es una inversión, una buena inversión. Por otro lado, gran parte de los jóvenes que están activos en la tasa de empleo lo hacen con un contrato a tiempo parcial o por obra y servicio, con una condición precaria y sueldos casi “ridículos”. Muy por debajo del sueldo mínimo interprofesional siendo este de alrededor del 900€ mensuales en 2019 según el Boletín Oficial del Estado (BOE). Es triste pero parece que quien tiene un trabajo estable y mejor valorado es debido a que algún conocido le ha metido a trabajar en su empresa “por enchufe” o por suerte. A la vez que muchos jóvenes con grandes capacidades y un alto grado de estudios, están en la cola del paro.


  • El momento de vivir en pareja y formar una familia también se retrasa en España. El primer hijo nace cuando la madre tiene 30,8 años de media. Esto se debe a las condiciones laborales explicadas anteriormente pero también está ligado con la inestabilidad económica. Exceptuando casos de adolescentes con embarazos no deseados por la falta de educación sexual y su inconsciencia.


  •  Por último, también influye el factor cultural y religioso. El concepto de no independizarse hasta querer y poder formar una familia pero con esta situación es muy difícil hacerlo. Además de no querer hacerlo porque viviendo con tus padres no te responsabilizas de todos esos gastos que requieren mantenerse a uno mismo (luz, agua, gas, comida, alquiler etc). Los jóvenes nos estamos acostumbrando a vivir en casa y no querer independizarnos, algunos ni siquiera están motivados para trabajar, ahorrar y optar a esa posibilidad de hacerlo. Puede que esta situación esté ligada también a la sobreprotección de los padres, como consienten  y malacostumbran a sus hijos, a tener siempre la comida hecha, la ropa limpia y planchada e incluso su propia habitación recogida.
Como conclusión a todo esto, es que en un periodo determinado de tiempo se ha retrasado mucho la edad de independizarse y las expectativas de futuro parecen que seguirá siendo así porque la situación no mejora, más bien es al revés, empeora. Esto tiene que cambiar.

-Entrada realizada por NOELIA CARBAJO ANCILLO-
 


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