Tecnología y educación

La tecnología forma parte de nuestra vida. Casi sin darnos cuenta, las redes sociales, los smartphones y en especial, Internet, han pasado a ser esenciales en nuestro día a día. Es cierto, las tecnologías nos aportan numerosas ventajas: hacen posible que podamos comunicarnos con personas de todas partes del mundo (sin todos aquellos inconvenientes que había en el pasado) facilitan que podamos acceder de forma gratuita a numerosas fuentes de información en cuestión de segundos, permiten que compremos cosas sin tener que salir de nuestras casas…

Sin embargo, también conllevan numerosas desventajas. Entre esas desventajas quiero destacar tres. La primera de ellas es que encuestas recientes afirman que el 83% de los estudiantes utilizan el teléfono móvil durante las clases de universidad lo cual influye en un peor rendimiento. La segunda desventaja es que, los teléfonos móviles siguen siendo una de las causas de la mayoría de los accidentes de tráfico y la tercera y última razón es que cada vez son más los niños que utilizan los teléfonos móviles durante horas cada día, incluso llegando a generar adicciones.

En el caso de la educación, desde hace varios años, es común que en muchas de las aulas de los colegios o de las universidades, se encuentren innovaciones tecnológicas tales como: pantallas digitales, proyectores o incluso tabletas y ordenadores portátiles para cada estudiante. Muchos profesores de los centros educativos hacen un uso responsable de estas innovaciones, pero hay ocasiones en las que las nuevas tecnologías se utilizan sin un sentido o sin un objetivo claro que debería ser siempre el de enseñar. Muchos profesores simplemente utilizan los recursos como meras actividades sin fundamentar, con las que los alumnos no están realmente aprendiendo. 

En lo que a mi opinión personal respecta, considero que las tecnologías no deberían estar tan presentes en el aula y deberían pasar a un segundo plano, al menos en la etapa de Educación Primaria. Lo que quiero señalar es que las tecnologías deberían utilizarse, por ejemplo, para adaptar aquellos contenidos más complicados, con el fin de hacerlos más atractivos para los alumnos (por ejemplo, realizando ThatQuizzes o Kahoots para contenidos como Matemáticas o Lengua Castellana). También debería utilizarse los ordenadores que estén en las aulas para, por ejemplo herrramientas como Word o Power Point. Se debería enseñar a los alumnos de la última etapa de Primaria a realizar trabajos o presentaciones con los programas mencionados. Esto se debe a que muchos de ellos no tienen en sus casas ordenadores o simplemente no cuentan con adultos que sepan utilizar estos programas que van a ser esenciales en su futuro. 

En conclusión, podemos afirmar que las tecnologías en el aula pueden ser un gran recurso para la educación como también pueden ser un gran obstáculo. Esa distinción va a depender de los objetivos que se quieran conseguir, de las actividades que se realicen y lo más importante, de los profesores que las diseñen y como se las presenten a los alumnos.

-Entrada realizada por Mónica Bernardo Sánchez-